martes, 21 de mayo de 2013


El restaurante donde Meg Ryan fingió su famoso orgasmo cumple 125 años.


Es una de las escenas más famosas de la gran pantalla y también de las más imitadas. El momento en que Sally (Meg Ryan) finge un orgasmo para demostrarle a Harry (Billy Cristal) que no es tan sencillo saber cuándo una mujer disfruta de verdad en la cama, es uno de esos 'momentazos' cinematográficos que jamás se borrarán de nuestra memoria. La película Cuando Harry encontró a Sallydirigida por Rob Reiner en 1989, es una de las favoritas del género romántico, y el restaurante en el que se rodó dicha toma es uno de los más populares de Nueva York. El legendario Katz's Delicatessen cumple este mes 125 años y los vecinos del Lower East Side lo celebran por todo lo alto.
Abierto por los hermanos Iceland en 1888, el Katz's Deli se situó primeramente en la esquina sureste de Ludlow y Houston para atender a la creciente comunidad inmigrante del barrio. En 1910 se vendió a los Katzs, cambió el nombre y la entrada se trasladó a su actual ubicación. Ha sobrevivido a tres depresiones, numerosas crisis económicas y dos guerras mundiales. ¿Su secreto? Haber sabidomantener la tradición y la calidad del primer día a lo largo de todo este tiempo.



Durante la primera mitad del siglo XX, el Lower East Side neoyorquino era el barrio de las familias extranjeras recién llegadas a la 'tierra de las oportunidades'. Esto, unido a la falta de transporte público, hizo que el Katz's se convirtiera pronto en el lugar de reunión de toda la comunidad. Las salchichas y los frijoles de los viernes se convirtieron en toda una tradición.
En la Segunda Guerra Mundial, los tres hijos de los propietarios se encontraban sirviendo a su país en las fuerzas armadas, y la tradición de esta familia de enviarles comida acabó firmando el lema del restaurante: "Send A Salami To Your Boy In The Army" ("Envíe un salami a su hijo en el ejército").

El local estuvo siempre lleno de actores, cantantes y cómicos durante el periodo de máximo esplendor del teatro judío en Nueva York. Numerosos rostros conocidos se tomaban aquí su merecido descanso al bajarse de los escenarios de la Segunda Avenida y de camino al Teatro Nacional de la calle Houston. Las paredes del Katz's Deli mantienen viva la esencia del artisteo de la época a través de imágenes de los personajes populares que han pasado por allí.
Una vez que uno ha probado el que probablemente sea el mejor sándwich de pastrami del mundo, ha de hacer el obligado recorrido por la galería de fotos. Celebridades del mundo de la cultura, el deporte y el entretenimiento norteamericano como Barbra Streisand, Kathleen Turner, Bruno Kirby, Bruce Willis o Dan Aykroyd dejaron su huello a su paso por Kat's Deli. También políticos y presidentes, como Al Gore que llevó al primer ministro ruso Viktor Chernomyrdin a almorzar al mítico restaurante. Tal y como aseguran los actuales dueños, "la mayoría de los peces gordos de la escena política de Nueva York han comido aquí".

Es el sabor excepcional del citado pastrami, del pavo y de la carne en conserva lo que ha llevado su nombre más allá de la ciudad de los rascacielos. Mucho ha llovido en estos 125 años, pero Katz's Delicatessen sigue estando donde estaba allá por 1888. Para celebrar un cumpleaños tan especial, el local prepara una fiesta para el próximo 31 de mayo, cuyas ganancias irán destinadas a la otra gran institución del Lower East Side de Nueva York, el histórico edificio Henry Street Settlement. Una oportunidad única para sentarse en cualquiera de sus mesas y decirle al camarero eso de "tomaré lo mismo que aquella chica".

sábado, 16 de junio de 2012

El Reino Unido cuelga en Internet 2.000 carteles de propaganda de la II Guerra Mundial


 "En Alemania alguien tiene el mismo trabajo que tú. ¡Sé mejor que él!"; "¡Mantente firme!"; "Depende de ti"; "Echa una mano en el campo". En cada mensajes hay un reto personal. Los dibujos tienen la sencillez del icono y el gancho de la publicidad.


Los Archivos Nacionales del Reino Unido (The National Archives) se han asociado con Wikimedia Commons —el archivo de imágenes libres de derechos de la Fundación Wikimedia— para ofrecer con licencia Creative Commons cientos de carteles, pinturas, caricaturas y dibujos de propaganda relacionada con el Ministerio de Información en la II Guerra Mundial.

El espíritu de hermandad contra la desesperación

Los afiches se distribuían en lugares públicos y arengaban a la población a permanecer unida ante el enemigo y a apoyar a las tropas ahorrando energía, haciendo trabajos de voluntariado o evitando abrir la boca más de lo debido. En el Reino Unido, el espíritu de hermandad era fundamental para evitar la desesperación y la desmoralización que producían vivir en un país bombardeado con dureza en los años cuarenta por la aviación nazi.
Disponible en alta resolución para el disfrute de quien lo desee, la colección cuenta de momento con 362 piezas escaneadas y esperan digitalizar casi 2.000 de estos testimonios artísticos en los próximos meses.
Los autores eran en su mayoría ilustradores anónimos, pero en algunos casos se reconoce el nombre de artistas conocidos, como la pintora Laura Knight (1877-1970) (célebre por sus obras relacionadas con el baile y el teatro) o el pintor Terence Cuneo(1907-1996), que pintó una poderosa escena del asesinato en 1942 de Reinhard Heydrich —ideólogo de los campos de concentración— por parte de comandos checos y eslovacos entrenados por el Ejército Británico, una de las obras destacadas entre los archivos.

La princesa Isabel, vestida de obrera


Los motivos son en muchos casos luminosos y positivos. Un retrato de la reina Isabel II —entonces una joven princesa— protagoniza  uno de los carteles, mostrándola vestida de uniforme. Un grupo de amas de casa decididas separan con diligencia papel, metal y huesos para que el ejército los recicle fabricando armamento.

Entre los mensajes, también los hay amenazantes, como el que ilustra un gato con una pupila dilatada y otra no, que sirve para alertar sobre la falta de iluminación en las calles ("Hasta que tus ojos se aconstumbren a la oscuridad, tómatelo con calma") o la amplia colección de pósters que alertan sobrechivatos, espías y rumores. En uno de ellos, una atractiva telefonista silva pretendiendo no haber prestado atención a un comunicado secreto. Bajo la imagen, una frase que, sacada de contexto, se torna orwelliana: "Ahora más que nunca, olvida lo que has escuchado".